lunes, 29 de septiembre de 2014

SE ME AHOGAN LAS PALABRAS...

Yo me dejo violentar por las cosas que podrían sucederme más adelante... ¡Es que me invade una ansiedad de vivir tan grande! Que no sé cómo contenerla. El otro día le decía a un amigo que ya había hecho todas las locuras habidas y por haber en mi existencia, que me faltaba sólo una y eso responde a esta nueva mujer que soy y que a veces molesta a otros... Y lo mejor, no me interesa que moleste a otros porque yo me siento bien conmigo.
 
He leído mucho y he escrito demasiado, le decía a mi madre que a veces el deseo de crear no se frena con nada, interfiere en mi trabajo y no me deja en paz. "Lo que pasa es que te posee el fantasma de algún poeta", me dijo. Puede que sea así, no lo sé... Ella dice que por haber nacido el mismo día que Pablo Neruda yo escribo, o sea que por culpa de una fecha en el calendario soy escritora... Una vez alguien me dijo que era escritora, porque leía a Díaz Varín, a Pizarnik... A Anaís Nin, pero se escandalizó cuando le dije que nunca había leído a Nicanor Parra ni a Huidobro, yo no soy como todos, debo ser una especie rara porque no los leo. Nunca me llamaron la atención, ellos no dicen que la jaula se ha vuelto pájaro o que ha visto pasar el cortejo de los vivos desde su infancia, no ellos no dicen eso... Y si no lo dicen, no me interesan. "Ábrete a otros mundos", me dijeron una vez, hace no sé cuantos años.
 
Estoy leyendo un cuento de Anís Nin sobre un escultor que cuenta la historia de Mofuka, un andrógino que no podía amar a las mujeres porque no era muy hombre y que no podía amar a un hombre porque no le gustaban, que hipnotizaba a un tipo con su cuerpo inverosímil cuando decidió desnudarse frente a él... "¿Pero no me harás el amor?", le preguntaba. A veces dejo de leerlo porque lo encuentro un poco porno, pero luego me doy cuenta de que hay frases ahí que puedo almacenar para que sean la base de algún futuro cuento propio, no hablo de robar, hablo de una base... que de una frase surja un mundo... Es como inevitable... El erotismo me llama... Anaís Nin y Henry Miller son mis maestros.
 
La lengua se me traba a veces, o sea, se me ahogan las palabras... De hecho hoy día me dijeron que tuviera más personalidad. Yo creo que así será...