domingo, 10 de diciembre de 2017

¿QUÉ ES PARA TI LA PALABRA?...

La palabra es el punto de partida para tantas cosas... 

Si somos más pragmáticos o sencillos podemos decir que es el ejercicio para expresarnos en forma verbal o escrita, pero si nos adentramos más en el amplio universo personal, que es la dirección que quiero tomar a la pregunta hecha, puedo decir que para mí la palabra ha sido mi salvavidas. Sin ella jamás hubiese podido sublimar mis demonios internos, sin ella no sería nada.

Podemos mencionar también la palabra ajena, la palabra contenida en los libros, en la poesía, en la boca del ser que uno ama. Yo amo la palabra unida al alma, base de la literatura, amo la palabra en la boca de quien he amado y podría amar... Soy un animal literario hambriento de palabras, hambriento de comunicar la vida interna y externa a través de ellas.

EL PUENTE...

**Contexto: Clase del sábado 2 de diciembre. Al inicio de la jornada como curso nos dividimos en dos grupos y realizamos un puente sólo con fideos y cinta adhesiva, no podemos hablar, sólo gesticular para trabajar. Comencemos.**

  • ¿Por qué se hizo el ejercicio del puente?
Para comprender la necesidad de la comunicación como herramienta de negociación, se hace importante la comunicación no verbal y la observación, ésto permite conocer a profundidad las cualidades de cada miembro del grupo, su prolijidad, su descuido o su capacidad de liderazgo. Es posible crear, en primera instancia, el perfil de alguien parcialmente sólo observando sus gestos o sus miradas. 
Hubo conexión y unión entre las partes y se dio la posibilidad de tomar el lenguaje como algo material, como el puente necesario para generar instancias de trabajo. También el lenguaje adquiere identidad.

  • El puente es la metáfora de algo ¿De qué?
La metáfora se centra en la importancia de estar unidos, comunicados mediante acciones. Es la metáfora de tiempos pretéritos, en que una mirada valía más que mil palabras, en que existía la comunicación no verbal, los gestos o los abrazos.  
El puente es el recuerdo de que el mundo sigue siendo mundo más allá del individualismo en que nos ha sumido la tecnología, más allá de la violencia, de la inseguridad o la xenofobia.  
El puente es la conexión que nosotros mismos tenemos con nuestro interior, que nos recuerda que tenemos un mundo interior que debemos explorar, que lo que allí encontremos puede servirnos como base para construir más puentes que generen conexiones hacia afuera, hacia los demás, hacia la sociedad.  
La metáfora es diáfana, es un elemento sensible que traduce el lenguaje de los otros lenguajes. El puente es el elemento que fomenta la creación de otros puentes. De la palabra invisible, de la conexión, del cruce de sensaciones en la tierra, de todo aquello que nos permita sentir que hay vida más allá del celular, o de Facebook. 

EL PATO Y EL GATO...

"En medio de un lago nadaba un pato y sobre su cola yacía sentado un gato. El pato se hunde, pero el gato no se moja ¿Cómo es esto posible?".

El pato quiso dar su ayuda al gato para cruzar el lago sin pensar en que esto le jugaría en contra, pues el peso del felino terminó por hundirlo y ahogarlo. El gato salió airoso pues sabía nadar y consiguió llegar a la orilla contraria.

sábado, 9 de diciembre de 2017

LA BÚSQUEDA...

**Contexto: Clase del sábado 2 de diciembre. Se nos da a analizar la mitad de una fotografía (no la tengo en mi poder ahora), en ella se aprecia a una mujer vestida de invierno, parece llevar la rienda de un caballo que no se ve en la imagen. Se encuentra en medio de un paisaje campestre, la idea es que se cree una historia pensando en la mitad que falta. Comencemos. **

Hay una mujer en medio del campo, al parecer lleva un caballo que acaba de montar, quería estar sola y pensar, fue entonces cuando se encontró con lo que está en la otra mitad de la imagen, un hombre que la miraba, también había estado montando, parecía cansado, vestía extrañamente, como si fuera de otra época, otro mundo paralelo al nuestro.

Aquel hombre la observaba, sí, lo hacía con una fotografía aferrada al pecho, era como si hubiera encontrado un tesoro:
"¡Eres tú! ¡Por fin te he encontrado!", le dijo.
De esta forma ella, con una lágrima cayendo por su mejilla, finalmente comprendió todo.

TODOS LOS DÍAS...


Todos los días 
el cuerpo suspendido,
amarillo, 
metálico.

El cuerpo
que gira sobre su propio eje 
busca la paz,
el sosiego,
lo vasto del oprobio
que lo llevó al abandono.

El abandono 
que lo llevó a la suspensión,
a lo metálico,
al dolor de lo infinito...

Y sigue ahí,
todos los días,
atormentado,
inhumano y rodeado de humanos,
acalorado y friolento, 
violentado por el aire y las mariposas,
las polillas,
por todo...

Todos los días.

(2017)

viernes, 8 de diciembre de 2017

EL INTERROGADOR SIN ROSTRO...

Al escribir estas palabras imagino estar en una habitación ajada, con la oscuridad reventada por la luz tenue de una ampolleta a medio morir. Sí, imagino… Imagino a una persona sin rostro preguntándome: “¿Quién eres?”, “¿De dónde vienes?”. 

Si me describo superficialmente puedo señalar que mi nombre no importa por ahora, para quienes me lean y me escuchen soy “Alma”

Soy hija única. Nací hace 36 años. Era domingo y mi madre me cuenta que llovía, que le costó tenerme: 
“Iba a la iglesia todas las tardes después del trabajo para pedirle a dios que me devolviera a la hija que había perdido un año antes”... 
Porque mi madre estuvo embarazada de otra niña antes que yo, una niña que nació muerta y ella sufrió y ella lloró. 

Le pidió al todopoderoso y él habrá cumplido porque estoy aquí, escribiendo, imaginando cosas, pensando en que eso que siempre cuenta mi mamá es una paradoja… Porque yo no creo en dios. Hay algo allá arriba, pero no un dios. No. Eso no. 

Yo nací el mismo día que Pablo Neruda, pero no soy Pablo Neruda, ni Neftalí, soy mujer, soy periodista y dicen que soy poeta… ¡Ah! En eso me parezco al parralino, pero nada más. 

Yo no he viajado por el mundo como su idolatrada persona, sólo dentro de mi propio mundo y el de otros, porque esos otros me han dejado entrar y como soy curiosa, he aceptado esas invitaciones gustosa, muy gustosa. 

Me gusta caminar, me gusta el cine y Netflix (adicción reciente), me gusta leer. Yo le diría al interrogador invisible que en esta parte quiero detenerme, porque los libros me vuelan la cabeza (más que Netflix). Pero, en realidad, más que los libros, la poesía me arrebata las hormonas, no me deja dormir cuando se aprovecha de mí. 

Alejandra Pizarnik me vuela la cabeza al punto de sentirme ansiosa. Cuando la leo me siento ella. 
“La jaula se ha vuelto pájaro”.
¿Quién más podría haber escrito eso? Sólo su pluma es capaz y no puedo evitar admirarla. Stella Díaz Varín, tú… la primera poeta punk chilena (y también mi favorita) eres la culpable de que llegara a ella, porque un día, buscando información sobre ti en una mis tantas madrugadas de insomnio en 2009, los misteriosos caminos de Google me llevaron a una página donde primero vi sus dibujos, luego encontré su poesía, luego su vida y entonces me di cuenta de que teníamos algo en común, no sólo escribir. 

Viví en el sur entre el 2002 y 2003, maravillosos lugares. Estudié ahí una carrera que no me convenció nunca, la abandoné pese al enojo de mis padres. Volví a mi ciudad, estudié periodismo, trabajé mucho, reporteé mucho. Me olvidé de mí misma y eso es malo, tan malo como estar demasiado pendiente de todo. 

 Año 2009. Mi madre llora, yo no le tomo el peso a lo que me dice el psiquiatra. Trastorno bipolar ¿Qué es eso? ¿Se come? No. Se vive. 

Luego de eso vino la "nueva vida" y en ella estaba el medicarse. Medicarme. Odio medicarme y odio las crisis, odio que la creatividad sólo llegue luego de una crisis, yo debería poder escribir en paz, no en medio de la angustia. Creo que así funciona todo con esto, la mente de Pizarnik también se atormentaba, yo creo que hubiéramos podido compartir un par de cafés (o unos whiskachos) felices de la vida. Tenemos eso en común. 

La bipolaridad es como tener un tumor maligno en tu cuerpo que no pueden extirpar, la diferencia es que no te mata. Te tortura si tú quieres que te torture, te debilita si tú quieres que te debilite, te tira a la cama si tú quieres que te tire a la cama, te encierra si tú quieres que te encierre. Pero después del 2009 he hecho frente a todo, a la vergüenza, al prejuicio de escuchar que un bipolar es “un proyecto de asesino en serie” ¿Escuché bien? Bueno, si no hay información sólo queda que una dé la cara y explique: 
“No, estimado o estimada. En mi mente no tengo presupuestado matar a nadie, salvo al tiempo perdido”. 
Actualmente la bipolaridad y yo tenemos un tratado de paz, tenemos las trincheras desiertas, ella sabe que desde hace unos años mi ejército es más hábil que el suyo. Sabe que mis propias barreras ya se derrumbaron… Aunque las crisis siguen, siguen… Siguen. Pero cada vez más lejanas. Nunca antes amé tanto la lejanía, eso pasa cuando la bipolaridad se ausenta. 

Mi vida no es una película, no tengo grandes secretos. 

El corazón, mi corazón vadea tormentas desde hace 20 años, como si la novela “El viejo y el mar” de Hemingway hubiera durado todo eso, pero en mi pecho, latiendo. Ahí está. Dos décadas y nada lo espanta… ¡Qué horror! Pero este horror lo quiero vivir, no lo vivo sola. Nos miramos al espejo, estamos más viejos, más una parte que la otra, esto lo vivimos, aunque es un horror, pero es nuestro horror, horror que me pregunta si me he postergado por eso que se ha vivido… 

No, yo me he postergado porque soy demasiado egoísta para armar una familia, tener hijos, una casa con reja de madera blanca y un perro. Yo quiero mi libertad, sin libertad no estaría aquí leyendo o escribiendo esto, sin libertad no podría pensar en la poesía… O lo que sea, pero que sea literatura.

Horror, tú no me postergas, tú tampoco te has postergado porque también eres libre, somos libres hace 20 años, nuestro vínculo es aire y hasta que éste no se agote, seguiremos caminando otros 20 años. 

Esto es todo lo que le diría a mi interrogador sin rostro. No tengo más que decir. Ya me he desnudado demasiado, no quiero más. Soy pudorosa.

jueves, 7 de diciembre de 2017

TRABAJO UNIVERSITARIO...

A partir de mañana mi blog será tomado por un trabajo para la universidad. Serán seis entregas, mañana publicaré una entrada, el 9 de diciembre dos entradas y finalmente el 10 de diciembre serán tres entradas. El 11 de diciembre enviaré este el link del blog al profesor.

Vamos a cruzar los dedos de las manos y los pies para salir airosa. 

No se extrañen por lo que salga. Aunque cosas más raras, fomes y deshumanizadas han salido de esta cabeza endemoniada.

sábado, 2 de diciembre de 2017

CONTRARIO A LO QUE MUESTRA LA FOTO... SOY ANIMAL CITADINO...

Aún no me atrevo a ver la película "Hacia rutas salvajes", leí el libro y me dejó una leve sensación de angustia. 

Hay películas que he visto y me han devastado emocionalmente, por eso mi reacción lógica fue no verlas más. Los libros generalmente no me devastan, pero el libro de Jon Krakauer en que se basa el film de Sean Penn casi lo hace. Eso sí, me llenó de preguntas... ¿Haría yo lo mismo? ¿Me desprendería de todo para vivir? Yo soy tan habituada a la ciudad, a mi cafetería de costumbre para estudiar, a mis recorridos por el centro... No, no podría. Soy animal citadino... No soy animal campestre.

Quería escribir más acerca de esto. Pero creo que por hoy es suficiente, el fin de año se me vino encima como una avalancha... Sí, está bien, es dos de diciembre, pero mis profesores ya organizaron el último mes de mi año con todas sus exigencias. 

Seguiré pensando y preparándome para ver esa película. 

sábado, 18 de noviembre de 2017

CUANDO EL PSICÓLOGO TE RECOMIENDA A WALTER BENJAMIN...

Todos los jueves pago por desahogarme. Me siento frente al escritorio de un psicólogo y le cuento mis experiencias, mis rabias, mi todo. He pasado por la consulta de muchos, el proceso ha sido como buscar al "marido ideal" o algo por el estilo... Si no me gustaba la formación de uno, buscaba otro. Siempre han sido hombres. Me llevo pésimo con las "psicólogas", me causan rechazo (perdón si me llega a leer una de ellas... Es que en realidad es una cosa de piel con las mujeres).

Lo bueno del psicólogo que tengo hace dos años es que poseemos un par de intereses en común, la literatura y el gusto por estudiar... ¿Estudiar qué? Lo que sea, pero estar siempre formándose. También nos gusta el cine raro, bien raro. 

Lo último que éste terapeuta me recomendó fue un libro que yo compré hace un año (y que no he leído ¡Crucifíquenme!), de Walter Benjamin: "La tarea del crítico". Dijo que Benjamin era de nuestra tendencia: Buen lector, estudiaba mucho y, por lo tanto, escribía de todo. Hoy en la mañana el profesor de "Ensayo hispanoamericano" del magíster dijo casi lo mismo, pero con otras palabras respecto a otros libros con obras del mismo autor y nos contó la triste historia de su muerte en la frontera franco española en plena segunda guerra mundial, además de la leyenda que decía que, al momento de dejar de existir, llevaba un maletín lleno de ensayos de su autoría inéditos, el cual se perdió generando la pregunta... ¿Dónde está el maletín de Walter?.. Yo ya había dicho que le temo a ciertos autores, bueno, él es uno de ellos. Creo que en el verano me enfrentaré a él.

Este psicólogo me insta a salir de casa, a escribir en lugares que no sean el escritorio de mi pieza o ir a cada espectáculo cultural (pocos últimamente) que hayan en la ciudad. Los otros, un fanático de Star Wars y un músico frustrado, no me instaban a nada, me sentaban frente a ellos y el acto de la terapia era tan automática que al final terminaba dejándolos de un día para otro. Cuando me hospitalizaron por un mes el año pasado mi actual psicólogo iba todos los fines de semana a verme, así como también tuvo la deferencia de asistir, junto a mi psiquiatra, a la presentación de mi libro, también el año pasado. 

No sé. Hoy no sabía qué escribir, hace tiempo no publicaba nada y al final le quise hacer un pequeño homenaje a mi terapeuta a raíz de la referencia a Benjamin que escuché esta mañana en clases. Fome igual, pero así soy yo. Acabo de leer un libro genial por si acaso, pero quiero escribir una buena entrada sobre él, la estoy madurando todavía... ¡Ahí se ven!...

lunes, 30 de octubre de 2017

LA TIERRA EXTINGUIRÁ SU CUERPO Y EL MÍO...


No me cuesta tanto recordar la primera vez que escuché sola esta canción en Concepción durante el 2002. Todo lo contrario es cuando me acuerdo de la primera vez que la escuché acompañada, fue en Curicó en el 2003... Ese recuerdo me cuesta más que su antecesor.

Tras todo lo emocional que puede haber tras el descubrimiento de este tema y el periodo de vida que atravesaba en ese momento, está el por qué sigue siendo uno de mis favoritos aún al paso del tiempo, cuando ya muchas de las canciones de Silvio Rodríguez que me gustaban en aquella época han pasado al olvido. Esto tiene que ver con el significado que el tema tiene y que se asocia a mi obsesión con el eterno cuestionamiento respecto a si hay vida después de la muerte... Aquí una cita:
"Respecto al significado de esta canción, en la literatura tenemos que el escritor cubano Arnoldo Águila dice que Silvio escribió 'Y nada más' cuando, tras un período en el que le interesaron los espíritus y la creencia en el más allá, asumió que no existía otra vida que la de la realidad que se ve y se siente, y nada más". 
(Silvio Rodríguez significados de canciones)
La vida tras la muerte. Los católicos, los protestantes, los mormones, en cualquier religión hablan de la vida eterna y yo... Yo soy de la idea de que la tele se apaga para siempre y chao. 

Es gracioso como al paso del tiempo, al ritmo de mis lecturas y vivencias (algunas muy críticas), al ritmo de mis intercambios de ideas con otros el significado de esta canción pasó de ser netamente romántico (una equivocación absoluta) a totalmente existencialista (a mí manera eso sí). Cuando representantes de cualquier religión vienen a hablarme de la vida después de la muerte les enrostro esta canción o "Ayúdame Valentina", de Violeta Parra, interpretada por Los Bunkers. Yo no creo en el paraíso ni en el infierno, creo que hay "algo" que está sobre nosotros y observa, pero más que eso... Mmmmm... No. Sé que es una paradoja en vista de todo lo dicho hasta aquí, pero... Bueno, es lo que pienso.

Sigo viendo a la persona con quien escuché esta canción en 2003, tenemos una visión diametralmente diferente, debatimos al respecto a veces y me sigue costando recordar la primera vez que la escuchamos juntos. Algún día la tierra extinguirá su cuerpo y el mío, entonces cada recuerdo que almacenamos ambos desaparecerá... Así... Y nada más.

miércoles, 25 de octubre de 2017

OCTAVIO PAZ NO TIENE LA CULPA...

La lectura de Octavio Paz y su "Laberinto de la Soledad" se ha vuelto un parto, no porque sea un mal libro, sino porque mi última crisis sacó a flote esa parte de mi naturaleza que los fármacos luchan por tener escondida... La bipolaridad. 

Desde la última vez que escribí he tenido muchos mini episodios de angustia que no me dejan cumplir con mis deberes. Estoy sedada casi todo el día y el efecto hipnótico pasa cuando el día casi se ha ido... Ojo... Eso no quiere decir que no lea aún en ese estado, lo hago, pero estoy mucho más consciente cuando ya mi cerebro no está dopado y, como ya dije, eso ocurre cuando está por caer la noche.

Luego viene el estado de culpa, que me quejo por nimiedades, que todo lo engrandezco, que soy demasiado lastimera y los pensamientos recurrentes provocan que lea un párrafo hasta tres veces para captar lo que quiere decir. 

Queda tan poco, poco más de una semana y aún no llevo ni el 50% del libro (Que contiene otros dos ensayos del mismo autor y relacionados con este laberinto, los cuales también debo leer por orden del profesor)... Cuando hice el trabajo anterior me encontraba en la cúspide de un episodio prácticamente agudo de manía ¡Vieran cuánta energía tenía! Pero ahora todo se ha desinflado. 

Octavio Paz no tiene la culpa de esta lentitud, aunque el tema no es demasiado simple... Aunque tampoco es un objeto pesado que va en caída libre hacia mi cabeza. 

Paz ha sabido desmenuzar claramente a la sociedad mexicana de mediados del siglo XX, tomando en consideración que este ensayo se publicó en 1950. Él lo asoció muy bien a su calidad de extranjero en otros parajes, observando de qué manera notan otros la idiosincrasia mexicana desde fuera. La radiografía que hace divide, hasta el capítulo que yo he leído, muy específicamente las principales características de esta sociedad en aquellos tiempos y en mis apuntes, porque esa es otra, soy de tomar apuntes mientras leo, he comparado muchos de esos puntos con lo que actualmente percibimos de ellos: Alegría y seriedad, narcotráfico, deseos de conseguir otra vida al otro lado de la frontera, asesinatos en Juárez. En fin, puede que me equivoque, en todo caso esas son ideas que, si puedo, maduraré a la hora de realizar el Power Point para la presentación.

La verdad es que miles de cosas pasan por mi cabeza ahora. He avanzado tan poco y al darme cuenta de eso algo de depresión me da. Es como sortear una tormenta con un barco de papel. 

Sigo manteniendo lo que dije en la última entrada donde menciono mi lectura del ensayo de Paz ¡Que los dioses del Olimpo me ayuden!

jueves, 19 de octubre de 2017

OTRA VEZ...

"We should not be friends,
we'll just do it again,
if you stay around,
we'll just do it again..."

(Röyksopp & Robyn_Do it again)

martes, 17 de octubre de 2017

REFLEXIONES LITERARIAS POST CAFÉ EN LA CASA DEL ELEFANTE FELIZ...

Ok... Creo que me estoy trastornando un poquito... O por lo menos eso piensan mis padres, con quienes comparto techo. La verdad es que yo no tendría porque avalar esa idea que de mí tienen las personas que me dieron la vida, no puedo ponerme en su lugar porque no tengo hijos y no sé si me anime a tenerlos algún día. 

En resumen, mis padres creen que estoy loca porque no hago más que leer y escribir (Sí, algo de inspiración ha llegado a mí estos días). Me cuesta hacerles entender que si vemos el 100% de lo que leo, el 10% es por mero placer y el 90% son libros, capítulos de libros, ensayos o textos críticos que me dan en la universidad. Lo de escribir es por añadidura y me relaja.

No sé. Hay poca empatía con mi post grado. Desde el inicio no hubo empatía con mi decisión de volver a estudiar. Pero bueno. Nada es perfecto en la vida de nadie.

Ayer sopesé la cantidad de texto a leer, decidí dejar de lado uno que me parece tedioso. Hasta hablar de él lo es. Es un ensayo que un uruguayo de apellido Rodó dedicó a toda la juventud de América. Parece un terrón de azúcar, hostigoso, empalagoso. A prueba de diabéticos literarios. Tiene un preciosismo exagerado. Me importa un cuerno reprobar por participación en clase en el ramo que me exige esa lectura, hay otras cosas más interesantes con las cuales cumplir... Como "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz. Expondré (nuevamente) sobre ese libro el 4 de noviembre, pero mi energía para prepararla no es la misma que tenía cuando trabajaba en la de biopolítica... Foucault me la arrebató. 

En la mañana me fui a leer en la cafetería de la casa del elefante feliz (aunque suene increíble me concentro en ese lugar, además de ser mi espacio favorito para escribir), de repente me dio por ver el facebook y noté que Fuguet viene a mi ciudad, una librería local lo trae y para anunciarlo publicó una nota de La Tercera en donde habla acerca de eso... Los espacios para escribir, la forma de hacerlo narrando cada cosa. En sí dio una breve pincelada respecto a su último libro "VHS (Unas memorias)"... Aún no sé si lo compraré, he adquirido muchos de sus libros y aún no los he tomado en cuenta. Salvo "Tinta roja"... Pedazo de libro sobre periodistas (los cuales me gustan mucho). 

Yo coincido con la nota cuando habla acerca de los ritos que Fuguet tiene como escritor, sin ellos no hay forma de seguir un patrón camaleónico. Como en el periodismo, la escritura es un espectro de la vida en que sabes como comienzas, pero no sabes en qué terminará... O, inclusive, no sabes si llegará el día de mañana... He ahí el encanto. Este hombre realiza el proceso y término de sus novelas y libros en diferentes lugares. No tiene un espacio estático. Me gustaría eso, pero por ahora sólo tengo la mesita de siempre en esa casa de ese elefante feliz ¿Para qué hacerla como Isabel Allende (mi ídola literaria de la adolescencia)? Que se encierra cada 8 de enero para dar inicio a una nueva novela, siento que eso es forzado. Yo no me fuerzo, creo que por eso paso tanto tiempo en sequía creativa. Yo no tengo una rutina (odio la rutina), no tengo una disciplina (también odio eso).

Yo quería ir a ver a Fuguet exclusivamente para que me firmara el libro: "Mi cuerpo es una celda", otro de sus libros que me ha gustado, pero no podré ir. Recuerdo que lo leí en cuatro días, siempre de noche. Desde entonces también me gusta Andrés Caicedo, escritor en el que se basa dicha obra. 

Bueno, regresaré a mi lectura de "El laberinto de la soledad"... Llevo muy pocas páginas, tengo casi dos semanas y media para preparar esa presentación ¡Que los dioses del Olimpo me ayuden!

miércoles, 11 de octubre de 2017

ALMA BIOPOLÍTICA...

Vengo saliendo de una especie de ostracismo estudiantil, pero lo disfruté. Tuve que estudiar mucho, hace tiempo no disfrutaba tanto haciéndolo. 

Leí "Defender la Sociedad" de Michel Foucault para un trabajo del magíster y, debido a eso, me encerré varios días en mi habitación, sin ningún tipo de distracción. Ya sabía de él, pero conocer a profundidad el contenido de sus páginas me encantó, amé la "Biopolítica" y todo lo que ello implica, me recordó a mis días de estudiante de pedagogía en historia en Concepción, específicamente a la cátedra de geografía humana, que era la que más me gustaba. 

En sí, con esta lectura descubrí que todo lo que tenga que ver con biología y política me interesa. 

Tras la crisis que tuve mis padres se preocuparon, es obvio, pero ellos lo hicieron a causa de mi obsesión por estudiar de este tema, la euforia que vino después me hizo pedirle a la profesora del ramo que me hizo leer el libro exponer sobre él, me hizo trabajar hasta en el más mínimo detalle del Power Point que presentaré el viernes. No dejé nada al azar ¿Qué es lo peor que me puede pasar? Sacarme un uno.

No sé. Creo que ya teniendo terminado lo primordial me concentraré en lo anexo, compré fichas para anotar ideas. No he anotado ninguna, tal vez esa adquisición haya sido en vano. 

El lunes mi estado de ánimo era como una planicie desierta, pero seguía trabajando. Ahora estoy en una eutimia bastante cómoda y ya no trabajo, porque el esfuerzo sobrehumano ya se concretó. Lo bueno de este trimestre en la universidad es que todos mis ramos serán de literatura, que es lo que más amo en realidad, bueno... Eso y el periodismo.

domingo, 1 de octubre de 2017

CRISIS, PIZARNIK, FOUCAULT Y THE HUMAN LEAGUE...


¡Que lata cuando la mente te recuerda que no eres como todo el mundo! 

Desde el viernes estoy un poco contrariada. No estoy enferma, no me duele nada. Sólo mi mente me recordó que no soy como todo el mundo y las pastillas han ido y venido en estos días. Las he tenido que consumir como si fueran dulces y, así, poder estabilizarme... Aún no lo consigo.

Pero bueno, me he distraído leyendo y escuchando música. Finalmente le perdí el miedo al diario de Alejandra Pizarnik, yo soy de cometer el sacrilegio de subrayar frases que me gustan y ponerle postit a las páginas y he encontrado frases muy interesantes en él. En lo que he avanzado comencé a sentir cierta empatía con ella, hay cosas de su vida que se asemejan a las mías. 

Ella no se sentía bonita. Yo tampoco.

El viernes estaba en clases cuando vino la crisis, nadie se dio cuenta porque yo sé disimular muy bien mis estados de angustia. Sólo recuerdo de ese día que tuvimos la primera clase del tercer trimestre del magíster, no recuerdo el nombre exacto de la cátedra, pero es netamente literatura. Todo este último período del primer año estará dedicado a las letras, lo que para mí es maravilloso. Primera lectura de aquel ramo que conocí el viernes... Foucault: "Defender la sociedad", un libro genial. En sí Foucault es genial. Pero no pude disfrutar esa buena noticia por la maldita bipolaridad.

¿Cómo sobrellevo una crisis? No lo sé. Exploto en cierto sentido. Es agotador porque debes luchar internamente con tus demonios, con tus impulsos negativos. Yo no sé hasta cuando pueda seguir luchando, en algún momento se me acabarán las fuerzas. Todo el mundo tiene un límite.

Estoy muy entusiasmada por leer nuevamente a Foucault, trato de refugiarme en esos entusiasmos para olvidar mi angustia. 

Hay noches en que me pregunto una cosa... ¿Existe la gente feliz? Es tonto que me cuestione eso. Mejor no lo hago, es estúpido hacerlo. 

Ahora suena en mi computador Don't you want me de The Human league. Me gusta mucho esa canción, todo lo ochentero y noventero me gusta, es lo único que nos queda en esta época actual, dominada por el reggaeton y la bachata... Guácala...

miércoles, 27 de septiembre de 2017

EL RITO...


Estoy fascinada (obsesionada) con esta canción desde hace unas semanas. Obviamente la he escuchado muchas veces a través de mi vida, pero es en este periodo que se me hace necesaria... ¿Habrá explicación alguna? Quién sabe. Yo pienso que mis cosas no la tienen, mis pensamientos y deseos no tienen sentido. Creo que me acomoda estar así.

martes, 26 de septiembre de 2017

TEMOR...

Tengo un libro en el velador, pero no he comenzado a leerlo. No sé, no sé por qué yace ahí, porque no lo hojeo. Creo que le tengo miedo... Sí, es posible temerle a los textos, o más bien a los autores, eso creo... Siempre lo he creído.

Una vez le dije eso a mi psicólogo, que le temía a algunos autores. Siempre hablamos de literatura. El anterior sólo me cuestionaba y me hablaba con ironías, cuando se daba cuenta me pedía disculpas pero al poco tiempo volvían las ironías, pero recargadas. Al final me cambié y llegué a esa nueva consulta.

Alejandra Pizarnik. A ella le temo pese a que es una de mis poetas favoritas. Le temo porque, guardando las proporciones, algunos aspectos de mi vida se parecen mucho a los de ella. Le temo porque sus poemas son tan decidores para mí, como decía un amigo que ahora vive en gringolandia: "Me gritan la vida". 

El libro sigue ahí esperando ser leído, lo saqué del librero porque hace unos dos días terminé una biografía muy buena de Violeta Parra (no la leí porque este año se cumpliera un siglo de su nacimiento, sino porque el destino lo puso frente a mí en la sección libros del supermercado que yo llamo, la casa del elefante feliz) y al ocurrir eso me viene una ansiedad intensa por leer más, entonces dije... "Ya... Debo atreverme con los Diarios de Pizarnik" y ahí está, sobre el velador esperando y quizás suceda lo de la última vez, que lo devuelva al librero y me dé a la tarea de pescar otro. 

¿A qué le temo? ¿Por qué le temo? Yo he escrito blogs desde el 2005, tengo tres, uno del que no quiero saber nada, por eso lo enterré en el cybermundo, otro que escribía en la universidad y este, que retomo ahora como una forma de resarcirme de algo que no conozco. 

Cuando era más niña siempre escribí diarios, pero los desaparecí cuando mis padres violentaron mi privacidad y leyeron todo, mi vida quedó al desnudo y eso no me gustó ni a mí ni a ellos. En estos blogs no cuento mucho, no digo nombres, quizás alguno se me ha pasado, pero más allá de eso nada. Podríamos decir que estos son mis diarios ahora, pero no son como los de mi niñez. Quizás le temo a eso, a darme cuenta... A notar... A abrir los ojos... A admitir que soy una cobarde, que nunca he salido de esta ciudad, que me he dejado consumir por la mente y no he viajado, que no he estado sola. Mi espíritu se perfilaba intenso en la adolescencia... Algún día contaré esa historia.

Leeré... Son cerca de las 22:30, siempre comienzo a leer como a esa hora o un poco más tarde. Si he leído sus libros de poesía debo darle una oportunidad a su diario, venciendo el temor.

lunes, 25 de septiembre de 2017

¿EL REGRESO?...

Hace tiempo no escribo aquí... Creo que es la segunda vez que digo: "Hace tiempo que no escribo aquí". Yo soy así, de abandonar las cosas y retomarlas y luego dejarlas y retomarlas de nuevo. 

Bueno, muchas situaciones han cambiado. Me deshice de gente tóxica, me quedé sin trabajo, publiqué un libro, me hospitalizaron un mes y saliendo del encierro me inscribí en un magíster. Ahora estudio. He vuelto a la universidad y siendo una humilde alumna de primer año tengo mis ideas avanzadas, ya conversé con un profesor sobre mi tema de tesis, me dijo que era factible y comenzaré a trabajar pronto en él.

Sigo leyendo, escribiendo muy poco... Es que se me han secado las ideas y no sé qué hacer al respecto, porque yo no me veo haciendo otra cosa más que escribir poesía, pero a veces la inspiración se muere y nada la revive. Aunque también tenga un poco que ver con mi autoestima, no tengo mucha en el último tiempo... Pero de eso no hablaré más.

El sábado tengo prueba, la cantidad de materia es apocalíptica y no asimilo nada, por eso escribo aquí, porque en el fondo no quiero estudiar ya, desde la semana pasada que leo lo mismo una y otra vez ¡Que agotador!... Lo bueno es que el jueves comienza la feria del libro y que el día de la prueba, obviamente después de cumplir con ella, voy a ir a dar una vuelta y así hacer nuevas adquisiciones para mi biblioteca. 

Tengo frío, haré un café.

Seguiré estudiando.