domingo, 10 de diciembre de 2017

¿QUÉ ES PARA TI LA PALABRA?...

La palabra es el punto de partida para tantas cosas... 

Si somos más pragmáticos o sencillos podemos decir que es el ejercicio para expresarnos en forma verbal o escrita, pero si nos adentramos más en el amplio universo personal, que es la dirección que quiero tomar a la pregunta hecha, puedo decir que para mí la palabra ha sido mi salvavidas. Sin ella jamás hubiese podido sublimar mis demonios internos, sin ella no sería nada.

Podemos mencionar también la palabra ajena, la palabra contenida en los libros, en la poesía, en la boca del ser que uno ama. Yo amo la palabra unida al alma, base de la literatura, amo la palabra en la boca de quien he amado y podría amar... Soy un animal literario hambriento de palabras, hambriento de comunicar la vida interna y externa a través de ellas.

EL PUENTE...

**Contexto: Clase del sábado 2 de diciembre. Al inicio de la jornada como curso nos dividimos en dos grupos y realizamos un puente sólo con fideos y cinta adhesiva, no podemos hablar, sólo gesticular para trabajar. Comencemos.**

  • ¿Por qué se hizo el ejercicio del puente?
Para comprender la necesidad de la comunicación como herramienta de negociación, se hace importante la comunicación no verbal y la observación, ésto permite conocer a profundidad las cualidades de cada miembro del grupo, su prolijidad, su descuido o su capacidad de liderazgo. Es posible crear, en primera instancia, el perfil de alguien parcialmente sólo observando sus gestos o sus miradas. 
Hubo conexión y unión entre las partes y se dio la posibilidad de tomar el lenguaje como algo material, como el puente necesario para generar instancias de trabajo. También el lenguaje adquiere identidad.

  • El puente es la metáfora de algo ¿De qué?
La metáfora se centra en la importancia de estar unidos, comunicados mediante acciones. Es la metáfora de tiempos pretéritos, en que una mirada valía más que mil palabras, en que existía la comunicación no verbal, los gestos o los abrazos.  
El puente es el recuerdo de que el mundo sigue siendo mundo más allá del individualismo en que nos ha sumido la tecnología, más allá de la violencia, de la inseguridad o la xenofobia.  
El puente es la conexión que nosotros mismos tenemos con nuestro interior, que nos recuerda que tenemos un mundo interior que debemos explorar, que lo que allí encontremos puede servirnos como base para construir más puentes que generen conexiones hacia afuera, hacia los demás, hacia la sociedad.  
La metáfora es diáfana, es un elemento sensible que traduce el lenguaje de los otros lenguajes. El puente es el elemento que fomenta la creación de otros puentes. De la palabra invisible, de la conexión, del cruce de sensaciones en la tierra, de todo aquello que nos permita sentir que hay vida más allá del celular, o de Facebook. 

EL PATO Y EL GATO...

"En medio de un lago nadaba un pato y sobre su cola yacía sentado un gato. El pato se hunde, pero el gato no se moja ¿Cómo es esto posible?".

El pato quiso dar su ayuda al gato para cruzar el lago sin pensar en que esto le jugaría en contra, pues el peso del felino terminó por hundirlo y ahogarlo. El gato salió airoso pues sabía nadar y consiguió llegar a la orilla contraria.

sábado, 9 de diciembre de 2017

LA BÚSQUEDA...

**Contexto: Clase del sábado 2 de diciembre. Se nos da a analizar la mitad de una fotografía (no la tengo en mi poder ahora), en ella se aprecia a una mujer vestida de invierno, parece llevar la rienda de un caballo que no se ve en la imagen. Se encuentra en medio de un paisaje campestre, la idea es que se cree una historia pensando en la mitad que falta. Comencemos. **

Hay una mujer en medio del campo, al parecer lleva un caballo que acaba de montar, quería estar sola y pensar, fue entonces cuando se encontró con lo que está en la otra mitad de la imagen, un hombre que la miraba, también había estado montando, parecía cansado, vestía extrañamente, como si fuera de otra época, otro mundo paralelo al nuestro.

Aquel hombre la observaba, sí, lo hacía con una fotografía aferrada al pecho, era como si hubiera encontrado un tesoro:
"¡Eres tú! ¡Por fin te he encontrado!", le dijo.
De esta forma ella, con una lágrima cayendo por su mejilla, finalmente comprendió todo.

TODOS LOS DÍAS...


Todos los días 
el cuerpo suspendido,
amarillo, 
metálico.

El cuerpo
que gira sobre su propio eje 
busca la paz,
el sosiego,
lo vasto del oprobio
que lo llevó al abandono.

El abandono 
que lo llevó a la suspensión,
a lo metálico,
al dolor de lo infinito...

Y sigue ahí,
todos los días,
atormentado,
inhumano y rodeado de humanos,
acalorado y friolento, 
violentado por el aire y las mariposas,
las polillas,
por todo...

Todos los días.

(2017)

viernes, 8 de diciembre de 2017

EL INTERROGADOR SIN ROSTRO...

Al escribir estas palabras imagino estar en una habitación ajada, con la oscuridad reventada por la luz tenue de una ampolleta a medio morir. Sí, imagino… Imagino a una persona sin rostro preguntándome: “¿Quién eres?”, “¿De dónde vienes?”. 

Si me describo superficialmente puedo señalar que mi nombre no importa por ahora, para quienes me lean y me escuchen soy “Alma”

Soy hija única. Nací hace 36 años. Era domingo y mi madre me cuenta que llovía, que le costó tenerme: 
“Iba a la iglesia todas las tardes después del trabajo para pedirle a dios que me devolviera a la hija que había perdido un año antes”... 
Porque mi madre estuvo embarazada de otra niña antes que yo, una niña que nació muerta y ella sufrió y ella lloró. 

Le pidió al todopoderoso y él habrá cumplido porque estoy aquí, escribiendo, imaginando cosas, pensando en que eso que siempre cuenta mi mamá es una paradoja… Porque yo no creo en dios. Hay algo allá arriba, pero no un dios. No. Eso no. 

Yo nací el mismo día que Pablo Neruda, pero no soy Pablo Neruda, ni Neftalí, soy mujer, soy periodista y dicen que soy poeta… ¡Ah! En eso me parezco al parralino, pero nada más. 

Yo no he viajado por el mundo como su idolatrada persona, sólo dentro de mi propio mundo y el de otros, porque esos otros me han dejado entrar y como soy curiosa, he aceptado esas invitaciones gustosa, muy gustosa. 

Me gusta caminar, me gusta el cine y Netflix (adicción reciente), me gusta leer. Yo le diría al interrogador invisible que en esta parte quiero detenerme, porque los libros me vuelan la cabeza (más que Netflix). Pero, en realidad, más que los libros, la poesía me arrebata las hormonas, no me deja dormir cuando se aprovecha de mí. 

Alejandra Pizarnik me vuela la cabeza al punto de sentirme ansiosa. Cuando la leo me siento ella. 
“La jaula se ha vuelto pájaro”.
¿Quién más podría haber escrito eso? Sólo su pluma es capaz y no puedo evitar admirarla. Stella Díaz Varín, tú… la primera poeta punk chilena (y también mi favorita) eres la culpable de que llegara a ella, porque un día, buscando información sobre ti en una mis tantas madrugadas de insomnio en 2009, los misteriosos caminos de Google me llevaron a una página donde primero vi sus dibujos, luego encontré su poesía, luego su vida y entonces me di cuenta de que teníamos algo en común, no sólo escribir. 

Viví en el sur entre el 2002 y 2003, maravillosos lugares. Estudié ahí una carrera que no me convenció nunca, la abandoné pese al enojo de mis padres. Volví a mi ciudad, estudié periodismo, trabajé mucho, reporteé mucho. Me olvidé de mí misma y eso es malo, tan malo como estar demasiado pendiente de todo. 

 Año 2009. Mi madre llora, yo no le tomo el peso a lo que me dice el psiquiatra. Trastorno bipolar ¿Qué es eso? ¿Se come? No. Se vive. 

Luego de eso vino la "nueva vida" y en ella estaba el medicarse. Medicarme. Odio medicarme y odio las crisis, odio que la creatividad sólo llegue luego de una crisis, yo debería poder escribir en paz, no en medio de la angustia. Creo que así funciona todo con esto, la mente de Pizarnik también se atormentaba, yo creo que hubiéramos podido compartir un par de cafés (o unos whiskachos) felices de la vida. Tenemos eso en común. 

La bipolaridad es como tener un tumor maligno en tu cuerpo que no pueden extirpar, la diferencia es que no te mata. Te tortura si tú quieres que te torture, te debilita si tú quieres que te debilite, te tira a la cama si tú quieres que te tire a la cama, te encierra si tú quieres que te encierre. Pero después del 2009 he hecho frente a todo, a la vergüenza, al prejuicio de escuchar que un bipolar es “un proyecto de asesino en serie” ¿Escuché bien? Bueno, si no hay información sólo queda que una dé la cara y explique: 
“No, estimado o estimada. En mi mente no tengo presupuestado matar a nadie, salvo al tiempo perdido”. 
Actualmente la bipolaridad y yo tenemos un tratado de paz, tenemos las trincheras desiertas, ella sabe que desde hace unos años mi ejército es más hábil que el suyo. Sabe que mis propias barreras ya se derrumbaron… Aunque las crisis siguen, siguen… Siguen. Pero cada vez más lejanas. Nunca antes amé tanto la lejanía, eso pasa cuando la bipolaridad se ausenta. 

Mi vida no es una película, no tengo grandes secretos. 

El corazón, mi corazón vadea tormentas desde hace 20 años, como si la novela “El viejo y el mar” de Hemingway hubiera durado todo eso, pero en mi pecho, latiendo. Ahí está. Dos décadas y nada lo espanta… ¡Qué horror! Pero este horror lo quiero vivir, no lo vivo sola. Nos miramos al espejo, estamos más viejos, más una parte que la otra, esto lo vivimos, aunque es un horror, pero es nuestro horror, horror que me pregunta si me he postergado por eso que se ha vivido… 

No, yo me he postergado porque soy demasiado egoísta para armar una familia, tener hijos, una casa con reja de madera blanca y un perro. Yo quiero mi libertad, sin libertad no estaría aquí leyendo o escribiendo esto, sin libertad no podría pensar en la poesía… O lo que sea, pero que sea literatura.

Horror, tú no me postergas, tú tampoco te has postergado porque también eres libre, somos libres hace 20 años, nuestro vínculo es aire y hasta que éste no se agote, seguiremos caminando otros 20 años. 

Esto es todo lo que le diría a mi interrogador sin rostro. No tengo más que decir. Ya me he desnudado demasiado, no quiero más. Soy pudorosa.

jueves, 7 de diciembre de 2017

TRABAJO UNIVERSITARIO...

A partir de mañana mi blog será tomado por un trabajo para la universidad. Serán seis entregas, mañana publicaré una entrada, el 9 de diciembre dos entradas y finalmente el 10 de diciembre serán tres entradas. El 11 de diciembre enviaré este el link del blog al profesor.

Vamos a cruzar los dedos de las manos y los pies para salir airosa. 

No se extrañen por lo que salga. Aunque cosas más raras, fomes y deshumanizadas han salido de esta cabeza endemoniada.

sábado, 2 de diciembre de 2017

CONTRARIO A LO QUE MUESTRA LA FOTO... SOY ANIMAL CITADINO...

Aún no me atrevo a ver la película "Hacia rutas salvajes", leí el libro y me dejó una leve sensación de angustia. 

Hay películas que he visto y me han devastado emocionalmente, por eso mi reacción lógica fue no verlas más. Los libros generalmente no me devastan, pero el libro de Jon Krakauer en que se basa el film de Sean Penn casi lo hace. Eso sí, me llenó de preguntas... ¿Haría yo lo mismo? ¿Me desprendería de todo para vivir? Yo soy tan habituada a la ciudad, a mi cafetería de costumbre para estudiar, a mis recorridos por el centro... No, no podría. Soy animal citadino... No soy animal campestre.

Quería escribir más acerca de esto. Pero creo que por hoy es suficiente, el fin de año se me vino encima como una avalancha... Sí, está bien, es dos de diciembre, pero mis profesores ya organizaron el último mes de mi año con todas sus exigencias. 

Seguiré pensando y preparándome para ver esa película.