lunes, 30 de octubre de 2017

LA TIERRA EXTINGUIRÁ SU CUERPO Y EL MÍO...


No me cuesta tanto recordar la primera vez que escuché sola esta canción en Concepción durante el 2002. Todo lo contrario es cuando me acuerdo de la primera vez que la escuché acompañada, fue en Curicó en el 2003... Ese recuerdo me cuesta más que su antecesor.

Tras todo lo emocional que puede haber tras el descubrimiento de este tema y el periodo de vida que atravesaba en ese momento, está el por qué sigue siendo uno de mis favoritos aún al paso del tiempo, cuando ya muchas de las canciones de Silvio Rodríguez que me gustaban en aquella época han pasado al olvido. Esto tiene que ver con el significado que el tema tiene y que se asocia a mi obsesión con el eterno cuestionamiento respecto a si hay vida después de la muerte... Aquí una cita:
"Respecto al significado de esta canción, en la literatura tenemos que el escritor cubano Arnoldo Águila dice que Silvio escribió 'Y nada más' cuando, tras un período en el que le interesaron los espíritus y la creencia en el más allá, asumió que no existía otra vida que la de la realidad que se ve y se siente, y nada más". 
(Silvio Rodríguez significados de canciones)
La vida tras la muerte. Los católicos, los protestantes, los mormones, en cualquier religión hablan de la vida eterna y yo... Yo soy de la idea de que la tele se apaga para siempre y chao. 

Es gracioso como al paso del tiempo, al ritmo de mis lecturas y vivencias (algunas muy críticas), al ritmo de mis intercambios de ideas con otros el significado de esta canción pasó de ser netamente romántico (una equivocación absoluta) a totalmente existencialista (a mí manera eso sí). Cuando representantes de cualquier religión vienen a hablarme de la vida después de la muerte les enrostro esta canción o "Ayúdame Valentina", de Violeta Parra, interpretada por Los Bunkers. Yo no creo en el paraíso ni en el infierno, creo que hay "algo" que está sobre nosotros y observa, pero más que eso... Mmmmm... No. Sé que es una paradoja en vista de todo lo dicho hasta aquí, pero... Bueno, es lo que pienso.

Sigo viendo a la persona con quien escuché esta canción en 2003, tenemos una visión diametralmente diferente, debatimos al respecto a veces y me sigue costando recordar la primera vez que la escuchamos juntos. Algún día la tierra extinguirá su cuerpo y el mío, entonces cada recuerdo que almacenamos ambos desaparecerá... Así... Y nada más.

miércoles, 25 de octubre de 2017

OCTAVIO PAZ NO TIENE LA CULPA...

La lectura de Octavio Paz y su "Laberinto de la Soledad" se ha vuelto un parto, no porque sea un mal libro, sino porque mi última crisis sacó a flote esa parte de mi naturaleza que los fármacos luchan por tener escondida... La bipolaridad. 

Desde la última vez que escribí he tenido muchos mini episodios de angustia que no me dejan cumplir con mis deberes. Estoy sedada casi todo el día y el efecto hipnótico pasa cuando el día casi se ha ido... Ojo... Eso no quiere decir que no lea aún en ese estado, lo hago, pero estoy mucho más consciente cuando ya mi cerebro no está dopado y, como ya dije, eso ocurre cuando está por caer la noche.

Luego viene el estado de culpa, que me quejo por nimiedades, que todo lo engrandezco, que soy demasiado lastimera y los pensamientos recurrentes provocan que lea un párrafo hasta tres veces para captar lo que quiere decir. 

Queda tan poco, poco más de una semana y aún no llevo ni el 50% del libro (Que contiene otros dos ensayos del mismo autor y relacionados con este laberinto, los cuales también debo leer por orden del profesor)... Cuando hice el trabajo anterior me encontraba en la cúspide de un episodio prácticamente agudo de manía ¡Vieran cuánta energía tenía! Pero ahora todo se ha desinflado. 

Octavio Paz no tiene la culpa de esta lentitud, aunque el tema no es demasiado simple... Aunque tampoco es un objeto pesado que va en caída libre hacia mi cabeza. 

Paz ha sabido desmenuzar claramente a la sociedad mexicana de mediados del siglo XX, tomando en consideración que este ensayo se publicó en 1950. Él lo asoció muy bien a su calidad de extranjero en otros parajes, observando de qué manera notan otros la idiosincrasia mexicana desde fuera. La radiografía que hace divide, hasta el capítulo que yo he leído, muy específicamente las principales características de esta sociedad en aquellos tiempos y en mis apuntes, porque esa es otra, soy de tomar apuntes mientras leo, he comparado muchos de esos puntos con lo que actualmente percibimos de ellos: Alegría y seriedad, narcotráfico, deseos de conseguir otra vida al otro lado de la frontera, asesinatos en Juárez. En fin, puede que me equivoque, en todo caso esas son ideas que, si puedo, maduraré a la hora de realizar el Power Point para la presentación.

La verdad es que miles de cosas pasan por mi cabeza ahora. He avanzado tan poco y al darme cuenta de eso algo de depresión me da. Es como sortear una tormenta con un barco de papel. 

Sigo manteniendo lo que dije en la última entrada donde menciono mi lectura del ensayo de Paz ¡Que los dioses del Olimpo me ayuden!

jueves, 19 de octubre de 2017

OTRA VEZ...

"We should not be friends,
we'll just do it again,
if you stay around,
we'll just do it again..."

(Röyksopp & Robyn_Do it again)

martes, 17 de octubre de 2017

REFLEXIONES LITERARIAS POST CAFÉ EN LA CASA DEL ELEFANTE FELIZ...

Ok... Creo que me estoy trastornando un poquito... O por lo menos eso piensan mis padres, con quienes comparto techo. La verdad es que yo no tendría porque avalar esa idea que de mí tienen las personas que me dieron la vida, no puedo ponerme en su lugar porque no tengo hijos y no sé si me anime a tenerlos algún día. 

En resumen, mis padres creen que estoy loca porque no hago más que leer y escribir (Sí, algo de inspiración ha llegado a mí estos días). Me cuesta hacerles entender que si vemos el 100% de lo que leo, el 10% es por mero placer y el 90% son libros, capítulos de libros, ensayos o textos críticos que me dan en la universidad. Lo de escribir es por añadidura y me relaja.

No sé. Hay poca empatía con mi post grado. Desde el inicio no hubo empatía con mi decisión de volver a estudiar. Pero bueno. Nada es perfecto en la vida de nadie.

Ayer sopesé la cantidad de texto a leer, decidí dejar de lado uno que me parece tedioso. Hasta hablar de él lo es. Es un ensayo que un uruguayo de apellido Rodó dedicó a toda la juventud de América. Parece un terrón de azúcar, hostigoso, empalagoso. A prueba de diabéticos literarios. Tiene un preciosismo exagerado. Me importa un cuerno reprobar por participación en clase en el ramo que me exige esa lectura, hay otras cosas más interesantes con las cuales cumplir... Como "El laberinto de la soledad" de Octavio Paz. Expondré (nuevamente) sobre ese libro el 4 de noviembre, pero mi energía para prepararla no es la misma que tenía cuando trabajaba en la de biopolítica... Foucault me la arrebató. 

En la mañana me fui a leer en la cafetería de la casa del elefante feliz (aunque suene increíble me concentro en ese lugar, además de ser mi espacio favorito para escribir), de repente me dio por ver el facebook y noté que Fuguet viene a mi ciudad, una librería local lo trae y para anunciarlo publicó una nota de La Tercera en donde habla acerca de eso... Los espacios para escribir, la forma de hacerlo narrando cada cosa. En sí dio una breve pincelada respecto a su último libro "VHS (Unas memorias)"... Aún no sé si lo compraré, he adquirido muchos de sus libros y aún no los he tomado en cuenta. Salvo "Tinta roja"... Pedazo de libro sobre periodistas (los cuales me gustan mucho). 

Yo coincido con la nota cuando habla acerca de los ritos que Fuguet tiene como escritor, sin ellos no hay forma de seguir un patrón camaleónico. Como en el periodismo, la escritura es un espectro de la vida en que sabes como comienzas, pero no sabes en qué terminará... O, inclusive, no sabes si llegará el día de mañana... He ahí el encanto. Este hombre realiza el proceso y término de sus novelas y libros en diferentes lugares. No tiene un espacio estático. Me gustaría eso, pero por ahora sólo tengo la mesita de siempre en esa casa de ese elefante feliz ¿Para qué hacerla como Isabel Allende (mi ídola literaria de la adolescencia)? Que se encierra cada 8 de enero para dar inicio a una nueva novela, siento que eso es forzado. Yo no me fuerzo, creo que por eso paso tanto tiempo en sequía creativa. Yo no tengo una rutina (odio la rutina), no tengo una disciplina (también odio eso).

Yo quería ir a ver a Fuguet exclusivamente para que me firmara el libro: "Mi cuerpo es una celda", otro de sus libros que me ha gustado, pero no podré ir. Recuerdo que lo leí en cuatro días, siempre de noche. Desde entonces también me gusta Andrés Caicedo, escritor en el que se basa dicha obra. 

Bueno, regresaré a mi lectura de "El laberinto de la soledad"... Llevo muy pocas páginas, tengo casi dos semanas y media para preparar esa presentación ¡Que los dioses del Olimpo me ayuden!

miércoles, 11 de octubre de 2017

ALMA BIOPOLÍTICA...

Vengo saliendo de una especie de ostracismo estudiantil, pero lo disfruté. Tuve que estudiar mucho, hace tiempo no disfrutaba tanto haciéndolo. 

Leí "Defender la Sociedad" de Michel Foucault para un trabajo del magíster y, debido a eso, me encerré varios días en mi habitación, sin ningún tipo de distracción. Ya sabía de él, pero conocer a profundidad el contenido de sus páginas me encantó, amé la "Biopolítica" y todo lo que ello implica, me recordó a mis días de estudiante de pedagogía en historia en Concepción, específicamente a la cátedra de geografía humana, que era la que más me gustaba. 

En sí, con esta lectura descubrí que todo lo que tenga que ver con biología y política me interesa. 

Tras la crisis que tuve mis padres se preocuparon, es obvio, pero ellos lo hicieron a causa de mi obsesión por estudiar de este tema, la euforia que vino después me hizo pedirle a la profesora del ramo que me hizo leer el libro exponer sobre él, me hizo trabajar hasta en el más mínimo detalle del Power Point que presentaré el viernes. No dejé nada al azar ¿Qué es lo peor que me puede pasar? Sacarme un uno.

No sé. Creo que ya teniendo terminado lo primordial me concentraré en lo anexo, compré fichas para anotar ideas. No he anotado ninguna, tal vez esa adquisición haya sido en vano. 

El lunes mi estado de ánimo era como una planicie desierta, pero seguía trabajando. Ahora estoy en una eutimia bastante cómoda y ya no trabajo, porque el esfuerzo sobrehumano ya se concretó. Lo bueno de este trimestre en la universidad es que todos mis ramos serán de literatura, que es lo que más amo en realidad, bueno... Eso y el periodismo.

domingo, 1 de octubre de 2017

CRISIS, PIZARNIK, FOUCAULT Y THE HUMAN LEAGUE...


¡Que lata cuando la mente te recuerda que no eres como todo el mundo! 

Desde el viernes estoy un poco contrariada. No estoy enferma, no me duele nada. Sólo mi mente me recordó que no soy como todo el mundo y las pastillas han ido y venido en estos días. Las he tenido que consumir como si fueran dulces y, así, poder estabilizarme... Aún no lo consigo.

Pero bueno, me he distraído leyendo y escuchando música. Finalmente le perdí el miedo al diario de Alejandra Pizarnik, yo soy de cometer el sacrilegio de subrayar frases que me gustan y ponerle postit a las páginas y he encontrado frases muy interesantes en él. En lo que he avanzado comencé a sentir cierta empatía con ella, hay cosas de su vida que se asemejan a las mías. 

Ella no se sentía bonita. Yo tampoco.

El viernes estaba en clases cuando vino la crisis, nadie se dio cuenta porque yo sé disimular muy bien mis estados de angustia. Sólo recuerdo de ese día que tuvimos la primera clase del tercer trimestre del magíster, no recuerdo el nombre exacto de la cátedra, pero es netamente literatura. Todo este último período del primer año estará dedicado a las letras, lo que para mí es maravilloso. Primera lectura de aquel ramo que conocí el viernes... Foucault: "Defender la sociedad", un libro genial. En sí Foucault es genial. Pero no pude disfrutar esa buena noticia por la maldita bipolaridad.

¿Cómo sobrellevo una crisis? No lo sé. Exploto en cierto sentido. Es agotador porque debes luchar internamente con tus demonios, con tus impulsos negativos. Yo no sé hasta cuando pueda seguir luchando, en algún momento se me acabarán las fuerzas. Todo el mundo tiene un límite.

Estoy muy entusiasmada por leer nuevamente a Foucault, trato de refugiarme en esos entusiasmos para olvidar mi angustia. 

Hay noches en que me pregunto una cosa... ¿Existe la gente feliz? Es tonto que me cuestione eso. Mejor no lo hago, es estúpido hacerlo. 

Ahora suena en mi computador Don't you want me de The Human league. Me gusta mucho esa canción, todo lo ochentero y noventero me gusta, es lo único que nos queda en esta época actual, dominada por el reggaeton y la bachata... Guácala...