Todos los días
el cuerpo suspendido,
amarillo,
metálico.
El cuerpo
que gira sobre su propio eje
busca la paz,
el sosiego,
lo vasto del oprobio
que lo llevó al abandono.
El abandono
que lo llevó a la suspensión,
a lo metálico,
al dolor de lo infinito...
Y sigue ahí,
todos los días,
atormentado,
inhumano y rodeado de humanos,
acalorado y friolento,
violentado por el aire y las mariposas,
las polillas,
por todo...
Todos los días.
(2017)
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