Nevada... Nevado... Nevados... Mi vida está cubierta de nieve y yo nunca la he visto, tampoco la he sentido, no sé la reacción de las manos al hundirse en ella. No sé.
Humildad, deseo y nada. Él no vive aquí, creo que eso lo hace más fácil para mí, pero a la vez se descalabra todo porque a quien ama está en esa misma ciudad. Quizás el secreto sea no pensar y es lógico, tan lógico como extraño. Yo no conozco la nieve, tampoco conocía la capital y ya he ido infinidad de veces. Odio el metro. Odio sus malls, pero amo sus librerías. Todas y cada una de ellas.
Leo mucho, escribo mucho e imagino mucho, pero eso no se ve reflejado aquí.
Una lástima...
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