martes, 6 de febrero de 2018

YA LOS ALCANZARÉ "HENRY & JUNE"...

A finales de diciembre del 2017 decidí plantearme un desafío literario, leer los diarios de Anaís Nín en sus versiones "inexpurgadas", de verdad inicié el camino de lo más entusiasmada pero éste no ha sido como yo siempre creí pues estamos a febrero y aún no termino el primero de ellos: "Henry y June".

No puedo decir si es un buen o un mal libro, no puedo juzgarlo si mi lectura recién va en la página 32 (son alrededor de 200 páginas), sólo sé que no avanzo todo lo que quisiera y eso me preocupa. Creo que con ella, mi escritora erótica favorita, la conexión sólo ha sido a través de la lectura de sus libros de relatos, los mismos recopilados de sus envíos a aquel lector adinerado misterioso que les pedía mucho sexo y poca metáfora, bueno, aunque según ella éstos carezcan de dichas características para mí son directos, fuertes y brillantes, no se necesita más en la literatura de ese tipo, es mi humilde opinión, o sea... "50 sombras de Grey" aléjense de mí.

He intentado analizar el por qué de ésta flojera lectora, a veces llego a la conclusión de que muchas de las cosas que ahí cuenta me impactan, lo que es divertido puesto que en una época como la actual ya nada debería sorprenderme... Aparte que en mi vida como periodista vi y supe de situaciones más escandalosas, más escabrosas que esas. Puede haber un camino lleno de bifurcaciones que me lleve a una respuesta, el tema es que no avanzo jajaja.

Puedo rescatar de lo poco que he leído la descripción que ella hace de la vida en el París de la década del '20, el París de la primera post guerra, un lugar lleno de bohemia y noche... Una vez en este blog dije que mi fantasía (irrealizable) era vivir en aquella época y escribir con todas esas precariedades... Tomando en consideración esa descripción, sigo con esa fantasía (insisto, irrealizable).

Luego viene el segundo diario: "Incesto", en donde relata la relación amorosa que tuvo con su padre, para seguir con el tercero: "Fuego", en donde da cuenta de su relación terapéutica (y en ocasiones amorosa) con el psicoanalísta Otto Rank, un hombre cuya obra me atrae en cierto aspecto pues él se centra en la simbiosis que hay entre arte y locura. Amo esa simbiosis.

El tema es que ya no leí la triada en el verano, hay un cuarto diario de esta serie: "Más cerca de la luna", pero no ha sido... Y dudo que sea... traducido alguna vez al español. No soy buena leyendo obras extensas en inglés, aunque a veces pienso que debería atreverme. En estos días me voy a la costa, quizás entonces avance al menos un buen tranco.

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